miércoles, julio 04, 2007

Diario de un erasmus: día 249

Letters from my Erasmus 30

Querida Rocío:

Me quedaba un sobre y un sello que te tenía reservados para escribirte una cartita, asi que aunque ahora tengo internet he decidido escribirte una carta al modo tradicional. Espero que llegue antes que yo que vuelo manana.

Por aquí, no me termino de acostumbrar a vivir en casa de David. Menos mal que al final decidí que esta situación sólo se alargase dos días y no dos semanas. Por ejemplo, su casa tiene una lavadora que no funciona bien. Ayer puse cuatro camisas, tiré de la cadena y todavía no las he vuelto a ver.

La verdad que soy un poco quejica porque encima de que me dejan vivir de gratis tengo internet de alta velocidad... bueno, eso es lo que dice él porque siempre le gano al ordenador las carreras que nos echamos por la habitación.

Nada más, ya pronto nos veremos porque voy para España mañana. Si te encuentras entre medias con mi hermana salúdala de mi parte, si no la encuentras, no le digas nada.

Muchos besos. Tu amigo Javi.



Memories


Recuerdo...

- Las partidas al ordenador con Pablo en el aeropuerto para olvidarnos del "delay".
- Nuestra primera noche en Langstone tras poder hablar sólo con la seguridad.
- Los sandwiches de Jamón y queso con José en la habitación de Langstone.
- La primera llamada que atendí en inglés.
- Mi primera noche en nuestra casa arropándome con la cazadora por olvidar comprar un edredón.
- Cuando Pablo y yo dijimos que iriamos a correr todas las mañanas.
- El primer carrito que robamos.
- Cuando recoger vasos en el Tiger era una competición por caerle bien al jefe.
- La primera bici que me encontré.
- La partida de tabú en inglés en casa de Ana donde todos éramos españoles.
- Cuando acatarrado y helado me arrimaba al calor del lavavajillas de la barra del Tiger.
- La segunda bici que me encontré.
- Mi primer cheque.
- Cuando cargaba mi guitarra y mi bici en un carrito de Tesco por todo Portsmouth.
- La primera vez que toqué la guitarra con una pua hecha con un yogohurt.
- La tercera bici que me encontré.
- Cuando nos colamos Pablo y yo en la Union por no pagar 3 libras. ¡Y cómo nos colamos!
- Cuando se atascó el fregadero de la cocina y salía aceite como una serpiente por el desagüe.
- Cuando me colé en el Tiger diciendo que todavía era empleado.
- Cuando me convertí en un héroe por desatascar el fregadero con un desatascador que compré.
- Cuando me colé en el Jongleurs ya hecho todo un profesional.
- La primera tortilla que me salió decente.
- La cuarta bici que me encontré.
- Mi primer día como profesor en King Richard school.
- La cascada en mitad de la selva cretácica perdida en las carreteras de Escocia.
- La pinta que teníamos con los gorros escoceses.
- Los acantilados de la isla de Skye.
- La primera vez que vacié el depósito del baño de la caravana.
- La primera vez que llevé una caravana y que a su vez conduje por la izquierda.
- Las gaitas sonando en Edinburh.
- La quinta bici que me encontré.
- La alegría de estar entre gente con la que realmente estaba agusto.
- Cuando pensábamos recorrer la isla de Wight en bici.
- La cena con las chinas.
- La cara de todas y cada una de las personas que he conocido en la Erasmus.

1 comentario:

El Abuelo Agonías dijo...

Unas cuantas bicis te has encontrado allá amigo, me alegro y espero que todas las hayas montado satisfactoriamente.