martes, septiembre 20, 2005

Cristo 2005


La resaca de las fiestas, todavía proclama a gritos su identidad protagonista, mata Brazatortas en un crimen perfecto del que nadie sabe quien o qué es lo culpable. Simplemente te levantas por la mañana y todo está muerto. Piensas: “Brazatortas se ha muerto, se ha gastao”.

Pues vale, ya no quedan banderitas, y las luces que cruzan la calle Real están apagadas. No hay puestos de ropa hortera, bolsos horteras, de turrones, la churrería, los caballitos para los niños, el castillo hinchable, el chiringuito de la plaza.

No queda nada.

Únicamente queda la sensación de que lo has pasado bien, que has reído más en la última semana, que en todo un mes del melancólico otoño que se avecina. Y cuando unos meses después veas las fotos y recuerdes, la sonrisilla perfecta marcara tu cara, y te saldrán unas arruguillas en las mejillas que le gustaran a alguna niña que te mirará, y que a base de caerle bien, te dará cariño y amor. Te sentirás bien y cuando sueñes, los angelitos estarán allí, revoloteando y piando como los semáforos, diciendo:

-¡Vamos hombre, cruza la calle ya!

Pues a cruzar, bueno está.

Así que da igual que la gente diga que este año las fiestas han sido un rollo, yo he salido todos los días y me lo he pasado bien. Como todos los años he cogido mis pedos y he visto los pedos de mi gente, más fuertes más flojos… Hemos compartido alcohol y hemos puesto un bote imperecedero que nunca se acaba; porque el bote de la amistad no tiene fondo. Es como el bote del amor, sólo que en este último caben muchas menos personas.

Pues si amigos, que bonito es eso, que bonitas han sido las fiestas a pesar de lo pesares y como hemos triunfado los Borrachos y Sin Pillar con nuestras camisetas. Seguimos partiendo el bacalao, semos los más originales y no nos avergonzamos de tener buenas ideas.

El año que viene….

Ya veremos, que más adelante hay más.


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