miércoles, diciembre 20, 2006

Diario de un erasmus: día 87

A Bysp in London

La última semana ha sido diferente... Para empezar no queríamos terminarla en Portsmouth y por eso, Pablo escribió a un amigo para que nos dejase dormir en su casa (en London) durante dos noches. También hablamos con Rich para decirle que no trabajaríamos el Sábado pasado. Sin embargo, esta historia que pintaba tan bonita no era más que el comienzo de la "Semana de traca".

Siendo la última semana, todo el mundo hacía fiestas de despedida que generalmente se prolongaban después de las 4 y es por eso que incluso el Lunes pudimos salir de fiesta. Esto degeneró en un cansancio acumulado por la falta de horas de sueño que nos pasó factura más adelante. El amigo de Pablo no nos contestaba y con los billetes de autobús ya comprados, nos tuvimos que poner a buscar sitio para dormir en London por internet. Así llegamos al Viernes con un sueño de impresión y teniendo que trabajar en el Tiger la que supuestamente sería la última vez del año... Comienza el "día de traca".

Llevaba mi cámara digital recién comprada en el bolsillo para hacernos unas fotillos con el "staff" del Tiger. Al llegar comprobamos la lista del día y vemos que ni Pablo, ni yo aparecemos en ella. ¿No trabajaremos hoy? Después de buscar a Rich y preguntarle resulta que no trabajábamos que supuestamente se había equivocado y nos entendió que tampoco trabajábamos el Viernes. Aunque nos quiere meter en una sala, le decimos que no, que mejor que no y nos ponemos a hacernos fotos con todos los compañeros hasta que... ¡Nos echaron del tiger! El "Give me the camera or go home" de Nathan nos dejó pocas alternativas y así se acabaron las intenciones de meternos unos "copardos" en el Tiger.

"No pasa nada Pablo. ¿No te acuerdas que José nos dijo que hoy había una fiesta en una casa?". Tras obtener la dirección en una rápida llamada de telefono nos dirijimos a la fiesta, no sin antes pasarnos por casa de Edu y despedirnos apropiadamente de él (al día siguiente volaba para Valencia), por lo que llegamos a eso de las 2 a la fiesta y nos dijeron ¡¡Qué no podiamos entrar a la fiesta que estaba llenaaaa!!

Media vuelta y a casa sin bicis y con una lluvia de infarto. Vale, teníamos paraguas pero llovía de lado. Llegamos empapados a casa y sólo queríamos tomarnos un capuchino como el Gran halcón, pero el día de traca hizo otra de las suyas estropeando la luz de la cocina que pasó a modo "Conmutación máxima". No es lo más agradable del mundo tomarse un café caliente empapado y con la iluminación del "tren de la bruja". Por suerte, al acostarnos, el día y con él la semana también de traca, habían terminado.

A la mañana siguiente, Alberto, el amigo de Pablo, le había contestado y nos ofrecía cama para pasar todos los días que quisiésemos en London y así al día siguiente, Domingo partíamos tranquilos hacia la capital del Reino Unido.

Hemos pasado tres días y dos noches entre las brumas londinensas que no nos han dejado ni entrever la majestuosidad de semejante ciudad, pero que han dejado en mi la impresión de haber conocido a gente maravillosa que espero poder volver a ver pronto. En cuestión de minutos pasé de ser un extraño en casa ajena a un amigo más en la casa. No hay espacio para demostrar mi gratitud aquí.

Sólo puedo decirle una cosa a London: "Volveré".



Come back home... for Christmas time

Este correo debería haber sido enviado el Martes 19 de Diciembre, pero como no he tenido tiempo en London para buscar un acceso a internet me he visto obligado a enviarlo una vez he llegado a Madrid.

El interrogatorio de mis padres (como decía Pablo) ha pasado con éxito gracias a que el sueño les ha vencido, pero me ha hecho escribir más allá de las doce y por eso el día del diario no se corresponderá, esta vez, con el día en que recibís el correo. Se refiere al Martes 19 que, aunque no entero, considero como mi último día de erasmus de este año.

Fin (de la primera parte).

1 comentario:

El Abuelo Agonías dijo...

Bueno, si ya tienes camara, queremos fotos, joder, q vas a acabar el curso y no voy a conocer a las fancesitas.