domingo, marzo 18, 2007

Diario de un erasmus: día 153

Letters from my Erasmus 13

Querido Héctor:

Sigo conmocionado por tu reciente incidente por lo que he decidido escribirte una carta que te pueda animar un poco o, por lo menos, sacar una sonrisa.

La verdad que no sé que contarte porque en el último mail te lo conté más o menos todo, así que te diré que la hermana de un amigo tuvo un hijo. Mi amigo está muy contento, pero aún no sé si es niño o niña por lo que no sé si llamarle tío o tía.

Te conté que estuve en Amsterdam, ¿verdad? ¡Qué encanto de ciudad! Los perros se depedían de ti en el aeropuerto poniendote la pata en la maleta cuando te ibas. Aún no entiendo el cabreo de los turistas. A mi no me lo hicieron y me da rabia.

Por otro lado, debe ser una ciudad muy pobre que no tienen dinero ni para pagar maniquíes. Para vender la lencería utilizan mujeres reales en los escaparates. Me dio mucha pena, sin embargo, siempre había algún alma caritativa que se apiadaba y entraba a pagar lo que valía un maniquí y se lleva a la chica para liberarla de semejante trabajo. Salían al rato contentísimos por su buena acción. Me enorgullece ver que todavía haya gente tan agradable.

Bueno, nada más. Te iba a mandar fotos de allí, pero ya cerré el sobre. Ya te las enviaré por teléfono.

Un abrazo. Tu amigo Javi.

No hay comentarios: