miércoles, noviembre 22, 2006

Diario de un erasmus: día 60

Let bygones be bygones

En el umbral de alcanzar la fecha de dos meses de erasmus, me veía sin calefacción, sin internet y sin cortinas. El frío que acorralaba a mis huesos en el más profundo de los callejones que pueblan las cuevas de la Tierra del fuego, no me dejaba pensar con claridad y en mi mente sólo se dibujaba la cara de esa persona que era objetivo de todos mis violentos pensamientos. Sarah. Si tan sólo la hubiera tenido un minuto delante de mi en ese momento, me habrían sobrado 50 segundos para tumbarla a improperios. Nuestra querida Landlady, con la excusa de tener bajo su control cerca de 30 casas, no había movido un dedo para solventar ninguno de los problemas que día tras día debatíamos Pablo y yo en una conversación sin final feliz.

Podía soportar, que los vecinos se enterasen de todo lo que hago por las noches en la habitación, podía soportar tener sólo una hora de internet al día en la universidad, pero el frío... el gélido frío... el frío me estaba transformando en una bestia sin control. Una vez más cogí el telefono y unos temblorosos y rígidos dedos marcaron de nuevo el telefono de mi casera... Apagado. Los 20 peniques que me cobraban por escuchar su apestoso buzón de voz no me dolían tanto como las articulaciones de los dedos al intentar ponerme otra vez los guantes.

Lenvantándome de un golpe me escurrí de la habitación hacia la cocina con la intención de encender el horno. ¡Si no entro, quemo la casa! Allí, la presencia de Noèmie y Lindsay me tranquilizó un poco y sus palabras me ayudaron a templar mi furia en el helado ambiente. Y así, justo cuando el último halo de ira había abandonado mi mente, una de las dulces sintonías del genio de Mozart sonaba en mi movil anunciando una nueva llamada entrante. De un salto me lancé al telefono... era Sarah.

...

Esta mañana, vino Sarah, tuve suerte de que tenía que venir a otro piso cercano y podía pasarse tan pronto. Con ella venía un técnico. Han acordado arreglarme la calefacción este Domingo y mientras tanto me ha comprado una maravillosa estufa eléctrica. Hace dos días un "chapuzas" nos instaló unas cortinas de los 20 duros que cumplen a la perfección la labor de tapar mi intimidad de miradas indiscretas. Internet, nos ha comentado que es imposible con NTL porque el piso es muy viejo y nos ha dicho que lo intentemos hacer nosotros con BT (cosa que no pensamos hacer). Sin embargo, he preferido no decirla nada ya que nos ha aplazado el pago del siguiente mes hasta el Jueves que viene (así me dará tiempo a cobrar el dinero del curro). De momento he encontrado una biblioteca con Wifi desde la que escribo y el messenger (a pesar de los problemas que me ha dado hoy) tiene pinta de estar operativo en breve...

Quizás Sarah no sea la mejor landlady de todo Portsmouth, pero desde luego tiene su corazoncito y a veces se da cuenta de que no es fácil para nosotros la situación y tiene un buen día. Cómo dicen por aquí "let bygones be bygones" o en castellano "lo pasado, pasado está".

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